El robo se lleva a cabo por personas que conocen los procesos de cosecha del café e ingresan de manera ilegal a las plantaciones
Entre el robo hormiga, las importaciones y la falta de políticas públicas en torno a este, el café cereza agoniza en la entidad advirtieron productores veracruzanos. De acuerdo a las cifras de los cafetaleros, en los últimos 30 años ha disminuido el 90 por ciento de la producción total ya que nadie quiere invertir “bajo esas condiciones”.
Sin embargo, aclaran que el problema del café cereza no es una muerte natural sino que se “se esté dejando morir” favoreciendo con esto a las compañías que detentan el poder comercial e industrial de este producto.
En entrevista, Javier Murrieta Cervantes, productor de café de Coatepec precisó que hasta un 50 por ciento de la producción de café cereza en la región es robado mediante esquemas “hormiga” que provoca pérdidas cuantiosas a los cafetaleros.
Dio a conocer que este delito lleva más de una década sucediendo y aunque se han denunciado de manera pública las autoridades no han hecho nada para frenarlo. Y es que, dijo, es necesario que se legisle en torno al tema y que se pongan candados que limiten la venta ilegal de café en las calles de la entidad.
El productor precisó que el robo se lleva a cabo por personas que conocen los procesos de cosecha del café e ingresan de manera ilegal a las plantaciones para robarse entre 10 y 15 kilos y posteriormente venderlo “en las banquetas” a precios muy bajos. “Da mucho coraje (…) nadie que tiene intereses económicos invierte en plantar café porque nadie va a invertir su dinero si sabe que se lo van a robar”, indicó.
En ese sentido, expuso que es urgente que las autoridades intervengan con esquemas que acaben por completo con las ventas de banqueta que, en la mayoría de los casos se hace con producto robado de las fincas establecidas. “Tienen que evitar que el café se venda tan fácil. Desde mi punto de vista tienen que desaparecer las ventas de banqueta, ya que al propio comprador le conviene que sea robado porque lo compra más barato”, dijo.
Para Murrieta Cervantes, la solución al problema del robo de café podría acabarse con la implementación de un sistema similar al de la caña de azúcar en el que todo el producto tenga que pasar por un ingenio y que este le pague de manera directa a los productores mediante depósitos bancarios de manera que no haya dinero en el proceso ni intermediarios. “El esquema de la caña funciona muy bien y en el café se podría copiar porque ambos son productos que necesitan procesarse y tienen que llegar a una fábrica“.
Advirtió que de no actuar pronto, la siembra del café podría desaparecer a corto plazo. “Yo calculo que el café que se produce en México ya no alcanza para el consumo, tiene que entrar de otro lado”.
ESTÁN DEJANDO MORIR AL CAFÉ
Por su parte, el Consejo Regional del Café en Coatepec que encabeza Cirio Ruiz González denunció que la muerte del café no es una «muerte natural» sino que es inducida y a modo. El organismo expuso que este abandono tiene que ver con no querer, desde el Estado o la Federación, que haya compras y ventas controladas, facturadas y registradas con los nombres y apellidos de los dueños.
“Estaríamos de acuerdo en que todas las compras de todo el país estuvieran controladas pero no, porque es un riego para los que acumulan dinero y desplazan”, señaló.
A través de un mensaje denunció que la presión para no llevar a cabo estas acciones de control viene de parte de un sector bien organizado y disciplinado. “Capaz que al rato eleva la mira y exige certificado de pureza de café en envases como en Brasil, control de aduanas, parar el contrabandeo que se presume y algunos lo testifican en la frontera con Guatemala, o piden pago por preservar toda la gran riqueza biodiversa”.
En ese sentido, el Consejo Regional del Café en Coatepec hizo un llamado a los productores de café a exigir un cambio de fondo en la política pública cafetalera que permita resolver los problemas añejos que tiene la siembra del aromático en la entidad. Y es que, precisó que igual de añejas son las posturas políticas e ideológicas “que actúan desde las sombras y a veces descaradamente de manera explícita”. “Los robos en México, en el caso del Café, están legalizados gracias a las políticas públicas viejas e injustas que dominan a este sector”.
En El Sol de Orizaba