Pese al resultado, el rezago de la ocupación femenina duplica el de la masculina en relación con los niveles de trabajo prepandemia.
En medio de la lenta recuperación del mercado laboral tras las medidas de confinamiento social de abril y mayo pasado, en septiembre, el empleo femenino dominó en la reactivación de puestos de trabajo, con una adición mensual de 885,179 plazas, cifra que contrastó con la reducción de la población ocupada masculina en 215,295 personas.
A la luz de lo anterior, el aumento de 669,884 personas en la población ocupada total del país durante el noveno mes del año, se explicó en términos netos por la expansión del empleo femenino, de acuerdo con el reporte de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (nueva edición, ENOEN), divulgado ayer 21 de octubre, por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi). Durante el mes de referencia, la población ocupada femenina creció 4.7% mensual a 19 millones 584,502 personas, mientras que la masculina se contrajo 0.7% a 31 millones 519,652 personas.
A pesar de lo anterior, el de mujeres no ha dejado de ser el grupo poblacional más castigado por la crisis económica desatada por la pandemia y la lenta recuperación del mercado laboral, pues la población ocupada femenina fue en septiembre 11.9% inferior a la de marzo, previo al inicio de las medidas de confinamiento para frenar al Covid-19.
En el caso de los hombres, la población ocupada del noveno mes del año fue 6% inferior a la del tercer mes, lo que refleja una recuperación más expedita de los puestos de trabajo.
“La pandemia agudizó condiciones propias de la estructura social, particularmente la división sexual del trabajo, que obstaculizan la participación de las mujeres en el mercado laboral en la misma medida que los hombres”, destacó la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en su último reporte sobre el impacto del Covid-19 en el mercado laboral mexicano.
Lo anterior se relaciona con la mayor participación de las mujeres mexicanas en las labores domésticas, que se intensificaron por el confinamiento. Por ejemplo, de acuerdo con cifras de la ENOE del cuarto trimestre de 2019, las mujeres de quince años y más reportaron destinar un promedio de 22 horas semanales al cuidado no remunerado de personas dependientes, frente a 13 horas reportadas por sus pares masculinos.
Al cierre del 2020, México continuó ocupando el penúltimo lugar en inclusión femenina en el mercado de trabajo de América Latina y el Caribe, con una participación en la fuerza activa de 45.4% de las mujeres contra 77% de los hombres, según la OIT. En septiembre, la tasa de participación femenina se elevó de 38.9% a 40.2%, mientras que la masculina decreció ligeramente de 72.8% a 72.7 por ciento. En todo caso, la brecha laboral entre ambos géneros es de 32.5 puntos, que sigue siendo más alta que en marzo (31.2 puntos).
En El Economista