Supuestos represenantes reciben mensualmente millones de pesos de sus “clientes” en conjunto, tras una labor de convencimiento basada en verdades a medias y falsas promesas, que sólo empeoran la situación económica de las personas.
Hacerse de un patrimonio para tener una vivienda digna es el propósito de muchos mexicanos, quienes con gran esfuerzo y trabajo invierten parte de su sueldo en una hipoteca, ya sea a través de créditos bancarios o instituciones como el Infonavit o el Fovissste. Sueño que durante los últimos meses se ha visto frustrado por la baja en los ingresos o incluso por la pérdida de empleo que ha generado la contingencia sanitaria.
En medio de esta crisis, la posibilidad de perder la vivienda se vuelve aterradora. La realidad es que estas circunstancias son el momento ideal para los oportunistas y organizaciones que se aprovechan de la vulnerabilidad de las personas, a quienes ofrecen sevicios o asesoría que promete modificaciones en los préstamos, reducir cuotas mensuales e incluso asegurar la pertenencia del inmueble ¡sin pagarlo!; a cambio de costos aparentemente menores.
Tal es el caso de Chayo, una señora de casi 60 años que está por jubilarse y vive con su hermana en el Municipio de Tecámac, quien por recomendación de un “asesor” llamado José Humbertus, dejó de pagar al Infonavit desde hace varios años, argumentando supuestas irregularidades en la construcción. Desde entonces destinó cuotas mensuales a su “asesor”, confiando sólo en su palabra, bajo la promesa de que obtendría su casa tras litigios hipotecarios.
Hoy perdió su vivienda y se declara como una víctima más del Sr. Humbertus:
“…él está desesperado por los casos que se le están revirtiendo y sólo busca lavarse las manos, dejándonos a la deriva y sin fundamento legal que nos permita pelear nuestro patrimonio”. Por lo cual, Doña Chayo buscará verdadera aseoría que pueda sacarla de lo que califica como “un infierno”, al sentirse muy defraudada.
El mismo caso refieren algunos colonos de la Unidad Habitacional de Ixtapaluca, quienes confiaron en Rodolfo Cruz, supuesto asesor inmobiliario que luego de cobrar por casi dos años, ha desaparecido, dejándolos desamparados ante el riesgo latente de desalojo.
Entonces, ¿quiénes son los realmente beneficiados? Los supuestos representantes que mensualmente reciben millones de pesos de todos sus “clientes” en conjunto, tras una labor de convencimiento basada en verdades a medias y falsas promesas, que sólo empeoran la situación económica de las personas.
Por ello que, ante cualquier inconveniente y para evitar caer en manos equivocadas, es fundamental establecer contacto directo con quien se tenga la deuda hipotecaria para negociar antes de cualquier embargo. Acercarse a instancias oficiales evitará todo riesgo de fraude, y sobre todo, permitirá generar acuerdos para preservar la vivienda.