El estado de Veracruz ocupa el tercer lugar nacional en materia de feminicidios, esto en el periodo que va de enero a julio de 2023 y de acuerdo con cifras oficiales publicadas mensualmente por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Dicha fuente oficial establece que Estado de México se encuentra en el primer sitio con 55 feminicidios, seguido por Nuevo León con 40. Veracruz presenta 35.
En el reporte anterior emitido por el Secretariado se informó que para el primer semestre de 2023 nuestra entidad figuraba en quinto sitio con 28 feminicidios. De acuerdo con la Fiscalía General del Estado de Veracruz, instancia que reporta al gobierno federal cuántos casos hay cada mes, en junio no hubo ningún ilícito de esta naturaleza. Es decir, ese mes se reporta en “ceros”. Llama la atención lo anterior debido a que de enero a mayo del presente año, el estado se ubicó entre el segundo y tercer lugar nacional, compartiendo sitio en algunas ocasiones con Estado de México y la CdMx, entidades con una fuerte carga delictiva.
Más allá del manejo de las cifras oficiales, el informe más reciente del Secretariado reporta que Papantla, Veracruz, Coatzacoalcos, Medellín de Bravo y Xalapa son los cinco municipios veracruzanos que se encuentran entre aquellos con más feminicidios en el país.
Por si esto fuera poco, la misma fuente oficial reporta para nuestra entidad un total de 41 homicidios dolosos y 111 homicidios culposos en donde las víctimas mortales fueron mujeres. Así las cosas, si retomamos los delitos en mención, tenemos un total de 187 veracruzanas asesinadas de enero a julio del presente año. Cifra dolorosa que, desde luego, es inhumano minimizar.
Como habitantes del estado de Veracruz cotidianamente nos percatamos de un número importante de delitos, sobre todo aquellos que se dan a conocer a través de medios de comunicación y que se convierten en mediáticos para después desvanecerse en un mar de noticias. Al menos ese es el trayecto de las notas que aluden a los feminicidios.
A su vez, las autoridades señalan enérgicamente que el ilícito se ha reducido de manera importante o que, a diferencia de administraciones pasadas, ahora sí se atiende sin hacer mención detallada de la atención, seguimiento y debida sanción a los feminicidas. Si a ello sumamos que el ilícito se reporta “en ceros” ante la Federación cuando el comportamiento de este tipo de crimen ha sido cruento en lo que va de 2023, nos encontramos frente a un panorama incierto y no hay cambio que se vislumbre al respecto.
Pareciera que las violencias contra mujeres, sobre todo aquellas que terminan con sus vidas, son manejadas como un mal menor. Se pueden dar muchos discursos al respecto, pero lo que importa es lo que se está haciendo para revertir la situación: mucho ruido y pocos resultados.