La violencia machista ha provocado una lucha incansable de familiares y colectivos feministas para acceder a la justicia, que generalmente es para evitar el ‘carpetazo’ en la investigación.
Nacer mujer en México representa un riesgo; no importa la hora, ni el lugar, ni cómo vas vestida y tampoco la edad, incluso una niña puede ser víctima de feminicidio.
Entre 2015 y noviembre del 2021 de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) se han cometido al menos 554 feminicidios infantiles, siendo el 2020 el año con más casos con un total de 115.
De todos los feminicidios registrados, un tercio se concentran en solo tres estado del país, Estado de México con 97 casos, Veracruz con 48 casos y Jalisco con 42, lo que dan un total de 187 feminicidios en un periodo de seis años.
Mientras que los estados con las cifras más bajas son Tlaxcala y Yucatán con un caso respectivamente, y en Baja California Sur no se tiene reporte de ningún feminicidio infantil durante este tiempo, aunque sí se han reportado casos de mujeres víctimas de este delito.
“Particularmente lo que hemos encontrado es que estos feminicidios (infantiles) se hacen con mayor violencia con mayor saña las expresiones de dolor que encontramos en los cuerpos de estas niñas son mucho más acentuados”, dijo en entrevista para MILENIO, Anayeli Pérez, integrante del Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidio.
La lucha por el acceso a la justicia Pero más allá de las cifras, detrás de cada caso hay una lucha incansable de familiares y colectivos feministas para acceder a la justicia en un país donde se pueden tardar años antes de emitir una sentencia condenatoria a los feminicidas.
Entre ellos está el caso de Nicole Santos quién fue reportada como desaparecida en marzo del año pasado y el 13 de ese mismo mes fue localizada sin vida; siendo señalado como responsable de estos hechos el entonces vecino de la familia de Nicole.
El sujeto ya se encuentra detenido, sin embargo, aún no se ha emitido una sentencia condenatoria, por lo que la familia ha tenido que seguir de cerca el caso para evitar que se le de carpetazo a la investigación.
“Yo tengo mucha fe de que en esta audiencia ya le dicten sentencia, ojalá ya encarcelen al sujeto esto, yo quiero que le den una sentencia ejemplar por mi niña y por las otras personas que han desaparecido porque si le dan 10 o 15 años puede seguir haciendo daño”, dijo Jorge Santos, padre de Nicole.
Otro caso es el de Milagros, quién en mayo de 2019 fue abusada sexualmente por su padrastro y después fue asesinada, apenas en abril del año emitieron una sentencia condenatoria para su feminicida por 23 años.
Pero Carolina Ramírez, madre de Milagros, quedó inconforme por lo que apeló el fallo, logrando así una sentencia de 83 años, aunque dijo que durante el proceso fue difícil ya que en un inicio tuvo que luchar con la indiferencia de las autoridades.
“Ha sido muy difícil, este camino porque al principio en la Fiscalía no me hacían caso como si yo tuviera la culpa y como yo les dije desde un principio yo no busqué esta situación y mucho menos mi niña […] es complicado poder acceder a la justicia porque si nosotros no nos movemos para ser sinceros ellos no hacen nada, nosotros somos los que andamos investigando, llevamos los testigos […] Todas las carpetas que tienen ellos integradas es porque nosotros les estamos mostrando las evidencias”, relató Carolina.
Pero pese a lo difícil de cada uno de los casos, tanto Jorge como Carolina coinciden que la lucha vale la pena para lograr que sus hijas tengan justicia y que no haya ni una mujer o niña más víctima de feminicidio.
“Ya me siento más tranquila pero yo con esto quiero darle el mensaje a las demás personas de que si se puede, es muy cansado y muy estresante todas las trabas que nos ponen pero si se puede luchar por una sentencia justa”, puntualizó Carolina.
“Es muy difícil porque andas de un lado para el otro, a veces siento que no sucedió… Pero estamos para buscar justicia para que ya no caigan más niñas”, precisó Jorge.
Fuente: Milenio