El cultivo de caña de azúcar es un proceso agrícola largo que puede extenderse de 14 a 17 meses. Durante este tiempo, la planta atraviesa cinco fases claves que aseguran su desarrollo y la calidad del producto final. La variedad de la caña y factores climáticos como la temperatura, humedad y luz solar influyen considerablemente en cada etapa.
La primera fase, llamada germinación y emergencia, se inicia aproximadamente a la semana de la siembra y se extiende hasta los 35 días. Luego, entre los 35 y 40 días, comienza el amacollamiento, una etapa fundamental donde surgen nuevos tallos desde las bases de los primeros, determinando el número de tallos que serán potencialmente cosechados.
Posteriormente, la planta entra en su fase de rápido crecimiento, con desarrollo vigoroso de tallos y hojas. Aquí se alcanza la máxima área foliar. Más adelante, inicia la etapa de maduración, momento en que la caña acumula azúcar, especialmente en la parte baja del tallo.
Finalmente, la cosecha se realiza entre los 11 y 16 meses después de sembrar. Para facilitar esta labor, muchas veces se quema el cultivo para eliminar obstáculos y peligros. Aunque en México existe maquinaria para cosechar, la mayoría de la zafra aún se realiza a mano.