A Ashley la asesinaron en un motel de Veracruz, su cuerpo arrojado en bolsas de basura; los culpables están libres

19 puñaladas, 10 del lado izquierdo y nueve del lado derecho fueron las que acabaron con la vida de Ashley Malixi Miranda Pérez. A ella, una joven de 20 años, la degollaron, la golpearon en la cabeza, le fracturaron la nariz y las costillas; abandonaron su cuerpo en un terreno baldío. Fue un feminicidio.

El 9 de diciembre de 2017, Silvia Pérez, madre de Ashley, se despertó temprano para salir de casa porque daría un curso de repostería a una hora de Poza RicaVeracruz. Emprendió el viaje, pero en el camino, se dio cuenta que olvidó parte del material que necesitaba y tuvo que regresar a casa. Ahí la estaba esperando Ashley, su hija mayor, con las cosas que le faltaban en la puerta. Esa, fue la última vez que Silvia la vio con vida.

Ashley era una joven de 20 años, la mayor de dos hijas. Estudiaba la licenciatura en Derecho en la universidad CENSUV. Soñaba con desarrollarse profesionalmente y en lo personal, casarse y formar una familia.

Era una chica amiguera, la describe su madre; hermosa por dentro y por fuera, le gustaba estar bien arreglada, maquillarse y usar tacones. Era muy educada y siempre estaba al servicio de las demás personas, era solidaria, comparte Silvia Pérez.

Cuando Ashley Miranda desapareció…

El día que Ashley desapareció, fue uno en el que su madre se sentía muy inquieta, nerviosa y con una sensación que aún al día de hoy, no logra describir. Alrededor de las 7 de la noche, Silvia recibió la llamada de una amiga de su hija diciéndole que no la encontraba y que no contestaba su teléfono.

Ashley Miranda habría llegado a la universidad CENSUV por la tarde para asistir a clases, pero el conserje que la vio, notó que salió del plantel apenas había entrado y no acudió a sus lecciones. Esto fue lo último que se supo de ella.

Con sólo esa información, doña Silvia comenzó su búsqueda; al lado de su escuela había una fotocopiadora, imprimió fotos de ella y las pegó en donde pudo. Acudió a las autoridades para solicitar ayuda, pero no hicieron mucho. Preguntó a familiares y amigos, levantó una denuncia ante la Fiscalía y buscó a la Fuerza Civil para su apoyo.

Un posible secuestro

Al día siguiente, el 10 de diciembre de 2017, alguien le dijo a doña Silvia que Ashley habría sido amenazada y buscada por unas personas meses atrás; ella no tenía idea. También recibió una llamada donde le dijeron que su hija estaba con vida, pero malherida; que había sido secuestrada y que necesitaba pagar 100 mil pesos para volverla a ver, por lo que empezó a recaudar el dinero para su rescate.

El secuestro parecía no ser verdad; la llamada la detectó Fuerza Civil y dijeron que provenía de un penal de Tamaulipas, días después dijeron que venía de una cárcel en Colima.

Paralelamente, la madre de Ashley realizó marchas en presión a las autoridades y fue a Xalapa para pedir una audiencia con el gobernador del estado. Sin embargo, las versiones sobre el paradero de su hija eran inciertas y las investigaciones insuficientes. También se le dijo a doña Silvia que su hija ya estaba muerta, que la habían llevado a un motel y ahí la habían asesinado.

El 14 de diciembre, cinco días después de la desaparición de Ashley Miranda, su madre recibió la llamada que cambió su vida para siempre. Habían encontrado un cuerpo con las características de la joven de 20 años, y mientras Silvia se trasladaba para reconocer el cadáver, las llamadas por teléfono para dar el pésame comenzaron a llegar.

19 puñaladas

A Ashley de 20 años, joven estudiante, amiguera y solidaria, la encontraron en un terreno baldío por Papantla, en la comunidad Cerro Grande Escolín. La apuñalaron 19 veces, la degollaron, la golpearon en la cabeza y le fracturaron su nariz y costillas.

“La golpearon hasta que se cansaron”, describe su madre.

La investigación apunta a que son cuatro los implicados en el asesinato de Ashley Miranda Pérez, Moisés N, Érika N, Lluvia N y Víctor N, éstos últimos son pareja sentimental. Llevaron presuntamente a la joven de 20 años al motel “Las Fuentes” en Poza Rica y ahí acabaron con sus sueños. 

El testimonio de un taxista fue la pista para armar el caso de los asesinos de Ashley, pues estas personas solicitaron un viaje desde aquel motel, subieron unas bolsas de basura a la cajuela del vehículo y las arrojaron en un terreno baldío, el mismo donde encontraron el cuerpo de la joven de 20 años.

Los asesinos están libres

Fuerza Civil encontró a dos de los implicados en el motel, días después del asesinato de Ashley y comenzaron las investigaciones. De los asesinos, dos están libres. Uno de los hombres se encuentra preso en el reclusorio de Poza Rica, su audiencia intermedia fue en mayo del 2019 y de ahí el caso no avanza.

Una de las mujeres implicadas -Lluvia N-  se encuentra en prisión domiciliaria, pues al momento de su detención en 2018, solicitó un amparo porque se encontraba en embarazada. Al día de hoy, la mujer está embarazada por segunda ocasión, volvió a solicitar amparo, el cual le fue concedido en febrero de este año, y no ha pisado la cárcel.

“Haberle dado el privilegio de estar en su casa… ¿Cuántas mujeres no pasan su embarazo en la cárcel, cuántas mujeres no?”

Doña Silvia ha sido amenazada y la han seguido hasta su casa para amedrentarla por familiares de los posibles implicados en el asesinato de su hija. El taxista, testigo clave, también fue encañonado para que retractara su testimonio.

La madre de Ashley Miranda denuncia que ha sido víctima de malos tratos por las autoridades, omisiones, difamación y revictimización.

“Son indolentes, no les duele nada, son insensibles, o sea, un caso más, un caso menos… Cuánta burla, o sea, realmente se burlan de uno, las autoridades se burlan de uno sin imaginar que pueden pasar lo mismo”.

El Heraldo de México